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BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
74
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
75
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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cc
BY NC ND
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ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
76
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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cc
BY NC ND
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Volumen 18
Número 3
77
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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cc
BY NC ND
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Volumen 18
Número 3
78
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Desnutrición
Área de residencia
Total
Urbana
N = 192
Rural
N = 101
n (%)
n (%)
n (%)
No desnutrido
131 (44,7)
52 (17,8)
183 (62,5)
Desnutrido crónico 61 (20,8) 49 (16,7) 110 (37,5)
Total
192 (65,5)
101 (34,5)
293 (100,0)
Factores Inmediatas
Área de residencia
Desnutrido
crónico
X2
Urbana
N = 192
Rural
N = 101
Total N = 110 p-valor
n (%)
n (%)
n (%)
n (%)
AMV
Enfermedades
infecciosas
Infección respiratoria aguda (IRA)
Sin IRA
138 (47,1)
57 (19,5)
195 (66,6)
34 (11,6)
Con IRA
54 (18,4)
44 (15,0)
98 (33,4)
76 (25,9)
0,002
Infección diarreica aguda (EDA)
Sin diarrea
130 (44,4)
61 (20,8)
191 (65,2)
40 (13,6)
Con diarrea
62 (21,2)
40 (13,6)
102 (34,8)
70 (23,9)
0,042
Fiebre
No
120 (41,0)
57 (19,5)
177 (60,4)
34 (11,6)
Si
72 (24,6)
44 (15,0)
116 (39,6)
76 (25,9)
0,836
Ingesta de
micronutrientes
Consumo de alimentos ricos en Vitamina A
Si
147 (50,2)
56 (19,1)
203 (69,3)
39 (13,3)
No
45 (15,4)
45 /15,4)
90 (30,7)
71 (24,2)
0,705
Consumo de proteína animal
Si
129 (44,0)
42 (14,3)
171 (58,4)
22 (7,5)
No
63 (21,5)
59 (20,1)
122 (41,6)
88 (30,0)
0,000
Anemia
Sin anemia
139 (47,4)
61 (20,8)
200 (68,3)
40 (13,7)
Con anemia
53 (18,1)
40 (13,6)
93 (31,7)
70 (23,8)
0,002
p-valor < 0,05
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
79
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Factores Subyacentes
Área de residencia
Desnutrido
crónico
X2
Urbana
N = 192
Rural
N = 101
Total N = 110 p-valor
n (%)
n (%)
n (%)
n (%)
ABV
AMV
Patrones de
alimentación
Lactancia materna exclusiva
Si
108 (36,9)
47 (16,0)
155 (52,9)
22 (7,5)
No
84 (28,7)
54 (18,4)
138 (47,1)
88 (30,0)
0,000
0,008
Alimentación
Adecuada
118 (40,3)
46 (15,7)
164 (56,0)
11 (3,8)
Inadecuada
74 (25,3)
55 (18,7)
129 (44,0)
99 (33,7)
0,000
0,000
Cuidado madre-niño
Edad del niño
06 - 15 meses
68 (23,2)
39 (13,3)
107 (36,5)
37 (12,6)
16 - 35 meses
124 (42,3)
62 (21,2)
186 (63,5)
73 (24,9)
0,427
0,532
Sexo del niño
Masculino
102 (34,8)
39 (13,3)
141 (48,1)
41 (14,0)
Femenino
90 (30,7)
62 (21,2)
152 (51,9)
69 (23,5)
0,004
0,008
Orden de nacimiento del niño
1 – 3 orden
168 (57,3)
89 (30,4)
257 (87,7)
91 (31,1)
4 a más orden
24 (8,2)
12 (4,1)
36 (12,3)
19 (6,4)
0,044
0,035
Número de hijos vivos
1 – 3 hijos
170 (58,0)
91 (31,1)
261 (89,1)
92 (31,4)
4 a más hijos
22 (7,5)
10 (3,4)
32 (10,9)
18 (6,1)
0,021
0,245
Edad materna al momento del parto
Adecuada (18 a 35 años)
139 (47,4)
68 (23,2)
207 (70,6)
56 (19,1)
Inadecuada (<18 o >35 años)
53 (18,1)
33 (11,3)
86 (29,4)
54 (18,4)
0,000
0,527
Talla materna
145 cm.
151 (51,5)
74 (25,3)
225 (76,8)
46 (15,7)
< 145 cm.
41 (14,0)
27 (9,2)
68 (23,2)
64 (21,8)
0,000
0,015
Grado de instrucción materna
Secundaria/superior
125 (42,7)
42 (14,3)
167 (57,0)
28 (9,5)
Sin instrucción/primaria
67 (22,9)
59 (20,1)
126 (43,0)
82 (28,0)
0,000
0,349
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
80
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Acceso a los servicios de salud
Número de CPN
< 6 controles
108 (36,9)
46 (15,7)
154 (52,6)
29 (9,9)
0 - 5 controles
84 (28,7)
55 (18,6)
139 (47,4)
81 (27,6)
0,000
0,034
Lugar del parto
Institucional
140 (47,8)
58 (19,8)
198 (67,6)
32 (10,9)
No institucional
52 (17,7)
43 (14,7)
95 (32,4)
78 (26,6)
0,000
0,283
Peso del niño al nacer
Normal
139 (47,4)
62 (21,2)
201 (68,6)
32 (10,9)
Bajo/Insuficiente
53 (18,1)
39 (13,3)
92 (31,4)
78 (26,6)
0,000
0,017
Talla del niño al nacer
48cm
121 (41,3)
54 (18,4)
175 (59,7)
26 (8,9)
< 48cm
71 (24,2)
47 (16,1)
118 (40,3)
84 (28,6)
0,000
0,297
Inmunización
Completa
120 (41,0)
49 (16.7)
169 (57,7)
34 (11,6)
No completa
72 (24,6)
52 (17,7)
124 (42,3)
76 (25,9)
0,000
0,340
Control CRED
Completo
110 (37,5)
53 (18,1)
163 (55,6)
33 (11,3)
No completo
82 (28,0)
48 (16,4)
130 (44,4)
77 (26,2)
0,000
0,016
Saneamiento en el
hogar
Disponibilidad del servicio sanitario
Disponible
144 (49,1)
60 (20,5)
204 (69,6)
50 (17,1)
No disponible
48 (16,4)
41 (14,0)
89 (30,4)
60 (20,4)
0,000
0,207
Disponibilidad de agua para beber
Disponible
131 (44,7)
51 (17,4)
182 (62,1)
32 (10,9)
No disponible
61 (20,8)
50 (17,1)
111 (37,9)
78 (26,6)
0,000
0,698
Hacinamiento
No
126 (43,0)
67 (22,9)
193 (65,9)
49 (16,7)
Si
66 (22,5)
34 (11,6)
100 (34,1)
61 (20,8)
0,000
0,575
Acceso a alimentos
Sexo del jefe del hogar
Masculino
159 (54,3)
70 (23,9)
229 (78,2)
58 (19,8)
Femenino
33 (11,3)
31 (10,5)
64 (21,8)
52 (17,7)
0,000
0,655
Grado de instrucción del jefe del hogar
Secundaria/superior
142 (48,5)
42 (14,3)
184 (62,8)
38 (13,0)
Sin instrucción/primaria
50 (17,1)
59 (20,1)
109 (37,2)
72 (24,5)
0,000
0,588
Material del piso de la vivienda
Acabado
135 (46,1)
28 (9,7)
163 (55,8)
31 (10,5)
Inacabado
57 (19,5) 73 (24,9) 130 (44,4) 79 (27,0)
0,000
0,212
p < 0,05
Factores Básicas
Área de residencia
Desnutrido
crónico
X2
Urbana
N = 192
Rural
N = 101
Total N = 110 p-valor
n (%)
n (%)
n (%)
n (%)
ABV
AMV
Ubicación
geográfica
Área de residencia
Urbana
192 (65,5)
101 (34,5)
293 (100,0)
61 (20,8)
Rural
101 (34,5)
192 (65,5)
293 (100,0)
49 (16,7)
0,005
0,016
Pobreza
Pobreza por NBI
No pobre
117 (39,9)
42 (14,3)
159 (54,3)
24 (8,2)
Pobre
75 (25,6)
59 (20,1)
134 (45,7)
86 (29,3)
0,000
0,000
p< 0,05
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
81
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
82
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
83
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
84
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
85
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
cc
BY NC ND
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ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
86
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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Factores asociados a la desnutrición crónica infantil en la sierra norte de Perú
Factors associated with chronic child malnutrition in the northern highlands of Perú.
https://doi.org/10.37135/ee.04.21.06
Autores:
Anibal Oblitas Gonzales - https://orcid.org/0000-0002-3578-7558
Martha Vicenta Abanto Villar - https://orcid.org/0000-0003-0496-0503
Afiliación:
Universidad Nacional Autónoma de Chota
Universidad Nacional de Cajamarca
Autor de correspondencia: Anibal Oblitas Gonzales. Universidad Nacional Autónoma de Chota,
Facultad de Ciencias de la Salud. Dirección postal: Ciudad Universitaria, Colpa Matara S/N, Chota,
Cajamarca, Perú. Teléfono: +51 945777948, Email: oblitas0309@hotmail.com.pe.
Recibido: 13 de junio de 2024 Aceptado: 15 de septiembre de 2024
RESUMEN
El objetivo determinar los factores subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica en niños
de la sierra norte del Perú. El estudio fue cuantitativo, explicativo y transversal, desarrollado con una
muestra de 293 niños seleccionados por muestreo probabilístico estratificado, en zona rural (n=101) y
urbana (n=192). La desnutrición crónica se determinó por antropometría y el uso del software Anthro
v.3.2.2-OMS, la anemia por dosaje de hemoglobina; en tanto, las variables restantes fueron recogidas
en una ficha de datos (módulo niño y madre) y una encuesta a domicilio aplicada a las madres. El estudio
fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Cajamarca. La desnutrición crónica
afectó al 37,5 % de los niños. Los factores subyacentes se presentaron en más del 30 % de los niños
con desnutrición crónica, en tanto, los factores básicos en el 45,7 %. En promedio, cada categoría de
interés afectó al 25 % de los niños con desnutrición crónica. El total de factores analizados a nivel
bivariado resultaron asociados a la desnutrición crónica, excepto la edad del niño (p=0,427); en tanto,
el análisis multivariado mostró una reducción considerable de asociación, con solo 9 de 29 categorías
asociadas a la desnutrición crónica. Por otro lado, existió una asociación significativa a nivel bivaria-
do, empero esta disminuye a nivel multivariado. Los factores asociados a la desnutrición crónica están
vinculados a las desigualdades sociales del país, donde las poblaciones pobres de zonas rurales tienen
limitado acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, vivienda y empleo.
Palabras Clave: desnutrición infantil; estado nutricional; salud pública; pobreza.
ABSTRACT
This research aimed to determine the underlying and basic factors associated with chronic malnutrition in
children from the northern highlands of Peru. The study was quantitative, explanatory and cross-sectional,
developed with a sample of 293 children selected by stratified probability sampling, in rural (n=101)
and urban (n=192) areas. Chronic malnutrition was determined by anthropometry and the use of Anthro
v.3.2.2-WHO software, anemia by hemoglobin dosage, and the remaining variables were collected in a
data sheet (child and mother module) and a home survey applied to mothers. The study was approved
by the Ethics Committee of the Universidad Nacional de Cajamarca. Chronic malnutrition affected
37.5 % of the children. Underlying factors were present in more than 30 % of the children with chronic
malnutrition, while basic factors were present in 45.7 %. On average, each category of interest affected
25 % of chronically malnourished children. All factors analyzed at the bivariate level were associated
with chronic malnutrition, except for the child's age (p=0.427); meanwhile, the multivariate analysis
showed a considerable reduction in association, with only 9 of 29 categories associated with chronic
malnutrition. There was a significant association at the bivariate level, but it decreases at the multivariate
level. The factors associated with chronic undernutrition are linked to the country's social inequalities,
where the poor populations
Keywords: child malnutrition; nutritional status; public health; poverty.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, la desnutrición crónica infantil (DCI) ha sido un problema nutricional común,
persistente e irreversible. Sus consecuencias no solo afectan la salud y nutrición infantil, sino que
también impactan en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Además, es el resultado acumulativo de una
alimentación inadecuada y prolongada,(1) convirtiéndose en un problema de salud pública multicausal,
que incrementa la morbimortalidad infantil y genera un impacto negativo en la productividad económica
del país.(2) Es considerada como indicador de la calidad de vida, resultante de disrupciones alimentarias,
sanitarias y conductuales de nivel individual, familiar y comunitario.(1,3,4) El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) agrupa los factores de la DCI en básicas (sistemas políticos, económicos,
socioculturales y religiosos), subyacentes (ingesta de micronutrientes, patrones alimentarios, antecedentes
materno-infantiles y acceso al agua, saneamiento y servicios sanitarios), e inmediatas (alimentación y
morbilidades).(5)
En el mundo, 149 millones de infantes presentan desnutrición crónica (DC), estimándose que al 2030
cada año provocará 250.000 muertes. En Latino América 5,1 millones de niños la padecen.(1) En el
Perú, al 2020 superó el 12 %, con mayor prevalencia en las zonas rurales (24,8 %) y pobres del país
(59,5 %), Cajamarca fue la segunda región más afectada (24,4 %).(7,8)
La DCI representa un significativo peso socioeconómico para las naciones emergentes, donde el
estado nutricional del niño refleja grandes brechas sociales pendientes de superar. Esta problemática
de salud pública se vuelve especialmente compleja debido a la crisis de la COVID-19 y al creciente
riesgo de inseguridad alimentaria.
Se ha identificado que las enfermedades infecciosas, como las infecciones respiratorias agudas (IRA)
y las enfermedades diarréicas agudas (EDA),(1,8) lactancia materna exclusiva (LME) y duración de la
misma, ingesta de micronutrientes,(3,4) patrones de alimentación,(9) características materno-infantiles,(1,6)
lugar del parto, inmunizaciones, número de controles prenatales (CPN), disponibilidad de agua y
servicios sanitarios,(2,10) pobreza y ruralidad,(3,5) influyen significativamente en la aparición de DCI.
Al momento, las estrategias implementadas no están siendo sostenibles. Por ello, es imprescindible
reorientarlas, considerando que es más beneficioso invertir en prevenirla que asumir sus consecuencias
sociales y económicas en el tiempo. En este escenario, el objetivo del estudio fue determinar factores
subyacentes y básicos asociados a la desnutrición crónica infantil en la Sierra Norte del Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio cuantitativo, explicativo y transversal, con 293 niños de 6 a 35 meses
seleccionados por muestreo estratificado aleatorio simple según área de residencia (urbana y rural),
en 31 establecimientos de salud públicos de Chota. Para ello, se empleó el padrón nominal de niños
menores de cinco años de cada establecimiento sanitario, tras la aplicación de los criterios de inclusión
se procedió a estratificar la población en niños procedentes de la zona urbana y niños procedentes de
la zona rural, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente mediante el método de sorteo, hasta
completar la muestra requerida por establecimiento y estrato. Se excluyeron a los niños con peso al
nacer menor a 1,500 gramos, prematuros, y con talla baja severa.
Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación sistemática de la antropometría y el
dosaje de hemoglobina al niño, procedimientos obtenidos en los establecimientos de salud por
profesionales de enfermería capacitados. El análisis documental de las historias clínicas del niño
(sexo, edad, talla al nacer, inmunizaciones y control de crecimiento y desarrollo [CRED]) y la madre
(edad al momento del parto, número CPN y lugar del parto) se recogió en dos fichas de recolección
de datos (madre y niño). La encuesta –personal, anónima y sincrónica– a las madres para obtener
información sobre enfermedades infecciosas, consumo de micronutrientes, cuidado materno-infantil,
acceso a servicios de salud, condiciones de saneamiento y situación de pobreza.
En la valoración antropométrica del niño se corroboró que en los procedimientos de medición del niño y en
los equipos antropométricos (tallímetro, balanza pediátrica y hemoglobinómetro portátil) utilizados se
siguieron las pautas recomendadas por UNICEF. La determinación de la DCI empleo el patrón de crecimiento
de la OMS y el “Software para el control de la nutrición infantil de la OMS - Anthro v.3.2.2”.
El cuestionario contenía 18 preguntas construidas a partir de la “Encuesta demográfica y de salud
familiar (ENDES)” (6) y organizadas de acuerdo al “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF (5), recogidas a través de una entrevista directa con la madre, en su domicilio
y previa firma del consentimiento informado. Fue validado por el juicio de 7 expertos: 4 licenciados en
enfermería, con grado de maestría y/o doctor, especialistas en salud infantil, docentes universitarios,
con responsabilidad administrativa en el área de crecimiento, desarrollo e inmunizaciones, o que se
desempeñaban en consultorios externos del área niño. Además, de 3 docentes universitarios con
amplia experiencia en metodología de la investigación.
La validez de contenido fue evaluada mediante el coeficiente V de Aiken, donde la concordancia general
entre jueces alcanzó el 0,88 (adecuación=0,87; suficiencia=0,85; pertinencia=0,91; relevancia=0,88; y
claridad=0,89). La confiabilidad, alcanzó un KR-20 de 0,94, y fue desarrollada a partir de una prueba
piloto ejecutada con 30 unidades muestrales, proporcionales a la muestra final, área urbana = 20
(65,5 %) y área rural = 10 (34,5 %).
Para construir las variables de estudio se empleó el “Modelo Multicausal de la Desnutrición Infantil”
propuesto por UNICEF(5). La evaluación estadística del modelo de la UNICEF se realizó mediante
análisis factorial confirmatorio (AFC) por dimensiones. Todos los indicadores analizados presentaron
una saturación mayor a 0,5, excepto la variable "servicio de electricidad", que fue excluida debido a
que no se contaba con al menos dos casos necesarios para calcular el AFC.
El análisis inferencial, utilizó la prueba de Chi Cuadrado (X). El análisis bivariante (ABV) empleó la
regresión logística binaria; en tanto, el análisis multivariante (AMV) la regresión logística multivariada;
en ambos casos se consideró un p< 0,05 y un nivel de confianza del 95 %.
El estudio tuvo autorización del “Comité de Ética en Investigación de la Universidad Nacional de
Cajamarca” (N° 09-2021-CE-UNC). El proceso de investigación garantizó los criterios éticos y de
rigor científico. La confidencialidad y anonimato se aseguró mediante la asignación de un código
alfanumérico.
RESULTADOS
El 37,5 % de los niños presentaron DC, siendo esta más incidente en la zona urbana (44,7 %) comparada
con la rural (17,8 %) (tabla 1).
Tabla 1. Frecuencia de desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) afectaron al 33,4 % de los niños, 34,9 % presentaron al
menos un episodio de enfermedad diarreica aguda (EDA); 39,6 % tuvieron fiebre en los últimos 15
días; 30,7 % no consumieron alimentos ricos en vitamina A, 41,6 % no ingirieron proteína de origen
animal y 31,7 % presentaban anemia. El análisis bivariante encontró asociación significativa
(p=<0,05) entre DCI y seis categorías de factores inmediatos; empero, en el análisis multivariante la
asociación se redujo a cuatro categorías (IRA, EDA, escaso consumo de proteína animal y anemia)
(tabla 2).
Tabla 2. Factores de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
Según patrones de alimentación, 47,1 % y 44 % de infantes no recibieron LME ni alimentación
adecuada según edad, respectivamente. En el cuidado madre-niño, 63,5 % tenían entre 16 y 35
meses y 51,9 % fueron mujeres; 29,4 % de las madres tenían menos de 18 o más de 35 años al
momento del parto, 23.2 % presentaron talla menor a 145 cm, 43 % eran iletradas o tenían instrucción
primaria. En el acceso a los servicios de salud, 47,4 % de las madres tenían menos de 5 CPN y 32,4 %
parto no institucional; 31,4 % de los niños mostraron insuficiente peso al nacer, 42,3 % no completa-
ron el esquema de vacunación y 44,4 % no alcanzaron el número de controles CRED para su edad
(tabla 3).
En cuanto al saneamiento del hogar, 30,4 % de los hogares carecían de servicios sanitarios, 37,9 %
no tenían acceso a agua potable y 34,1 % vivían en hacinamiento. En relación al acceso a alimentos,
21,8 % de los niños tenían como jefe de hogar a una mujer y 44,4 % residían en viviendas con pisos
sin terminar. El análisis bivariante evidenció que todos los factores subyacentes mostraron una
asociación significativa (p=<0,05) con la DCI, excepto la edad del niño (p=0,427). En cuanto al análisis
multivariante, la DCI estuvo asociada con falta de LME, alimentación inadecuada, género femenino,
estatura materna inferior a 145 cm, menos de 6 CPN, peso insuficiente al nacer y control CRED
incompleto según la edad (tabla 3).
Tabla 3. Factores subyacentes de la desnutrición crónica infantil en la sierra norte del Perú
La pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) afectó al 45,7 % de los hogares, donde 29,3 %
de los niños con DC tenían al menos una NBI. Los factores básicos a nivel bivariante y multivariante
evidenciaron asociación significativa (p=<0,05) a la DCI (tabla 4).
Tabla 4. Factores básicos de la desnutrición crónica infantil en la Sierra norte del Perú
DISCUSIÓN
Los resultados de DCI observados fueron muy cercanos al “umbral crítico de Salud Pública” considerado
del 40 % por la UNICEF.(1) Cifras parecidas al 36,2 % reportadas por García,(3) en Mozambique y al
38,1 % de Rahman,(4) en Bangladesh. Empero, tres veces superior al 12,3 % de Osorio, et al.(2) en
Colombia. Asimismo, fueron mayores al 18 % de las series peruanas de Hernández y Tapia;(7) y al 6,1 %
de Callo.(10) La diversidad porcentual de los datos pone en evidencia la complejidad sanitaria,
sociocultural, económica y política que se encuentra vinculada a la DCI, por esta razón, urge intervenir
desde su multicausalidad.(5)
Los hallazgos muestran el impacto de la COVID-19 en la DCI, esto debido a la crisis sanitaria que
provocó el cierre de los servicios de salud infantil, repercutiendo de forma negativa en su crecimiento
y desarrollo.(9) En consecuencia, se requiere acciones específicas y eficaces que aborden de
manera integral la multicausalidad del problema, adoptando una perspectiva multidimensional e
interdisciplinaria.
Los factores inmediatas, en promedio, afectaron al 25,6 % de los niños con DC. Cifras asociadas a
las enfermedades infecciosas (IRA, EDA y fiebre –síntoma característico–) superiores al 8 % de
diarrea y/o fiebre reportada por Callo;(10) o al 9,4 % del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI-2020);(6) empero, 4,9 % inferior a las IRA observadas por Córdova et al.(8) Las diferencias
porcentuales se deberían a las distintas condiciones sociosanitarias, comportamentales y ambientales
que presentaron las series, pues en el caso peruano la mayor frecuencia de DCI se ubicó en la zona
rural,(6) donde las EDA e IRA están asociadas a prácticas inadecuadas de higiene, ingesta de agua
insalubre o carencia de servicios higiénicos; en tanto, la fiebre es resultado de los procesos infecciosos.(5)
Las cifras de no consumo de vitamina A y proteína animal rica en hierro fueron superiores en 8,8 %
a las reportadas en la región Cajamarca;(6) esto vinculado al escaso acceso alimentario y a las bajas
coberturas de suplementación ferrosa y vitamina A.(3,5,6) Al respecto, Aparco y Bullón,(11) afirman
que la deficiencia de micronutrientes es frecuente y convive con el infante ocasionando disrupciones
inmunológicas y cerebrales.
Diversos estudios reportan que las enfermedades infecciosas(5,8) y la ingesta inadecuada de
micronutrientes son factores inmediatos asociados con la DCI(11,12). Esto puede explicarse por el
hecho de que su recurrencia genera un ciclo vicioso constante y repetitivo que sumerge al infante
en una malnutrición prolongada, dando como resultado debilitamiento inmunológico, mayor
probabilidad de enfermar, inapetencia, deficiente absorción nutricional, reducción de peso y
cambio en los hábitos alimentarios,(6,8) culminando en DCI.
En esta perspectiva, para mitigar el efecto negativo de factores inmediatos asociadas a DCI, se
requiere intervenciones en el ámbito preventivo-promocional, como mejorar la adherencia
suplementaria a micronutrientes que reduzcan la probabilidad de morbilidades infecciosas;(11,12)
prestarle verdadero interés a la inseguridad alimentaria, precariedad económica e impacto de la
COVID-19 en la salud infantil;(13) además de fortalecer las capacidades del personal sanitario,
familia y sociedad.(6)
Según estos, en promedio cerca de ¼ de los niños evidenciaron DC. Los patrones de alimentación,
como la falta de LME fueron dos veces mayor al de Romero et al.(14) y tres veces superior al hallazgo
de Callo.(10) Cifras asociadas al desconocimiento materno sobre LME y alimentación complementaria.(9)
La alimentación inadecuada fue superior a la serie de García,(3) quizá vinculada a la alimentación
complementaria tardía y escasa ingesta de proteínas de origen animal;(15) escenario modificable a
través de educación alimentaria, materna y familiar.(9)
La DCI en el cuidado madre-niño fue mayor al 20 %, tanto para las edades de 16 a 35 meses, como
para el sexo femenino del niño. Hallazgos superiores a lo reportado por García,(3) y Osorio et al.(2)

Rahman.(4) Resultados predecibles debido a las características compartidas por las familias peruanas durante
los últimos 15 años (menor natalidad y aumento del uso anticonceptivo).(6)
La inadecuada edad al momento del parto observada en las madres de los niños con DC, indica la
necesidad de empoderar a las familias sobre las disrupciones vinculadas a la una maternidad en
edades extremas y con antecedentes materno-perinatales negativos, los cuales afectan el estado
nutricional infantil. Esto debido a la inmadurez biológica y mental de las adolescentes,(16) o a la
disfunción endocrina en mujeres de edad avanzada.(17) La talla materna inferior a 145 cm genera
una incompatibilidad céfalo-pélvica que resulta en parto prolongado, asfixia neonatal y a futuro
disrupciones en el crecimiento infantil. Además, la frecuencia de madres analfabetas o con instrucción
primaria fue mayor en comparación con los informes de Rahman,(4) y Osorio et al.;(2) posiblemente
debido al alto número de madres adolescentes o añosas en la serie.(17,18) Esto evidencia que las
condiciones maternas son factores negativos que afectan el estado nutricional del niño, haciéndose
necesario mejorar el nivel educativo de la madre, sus conocimientos, actitudes y prácticas sobre
alimentación infantil.
Las frecuencias de menos de 6 CPN y partos no institucionales observadas fueron comparables con
los reportes de Costa,(20) quien señala que estos factores se han triplicado debido a la COVID-19;
evidenciando el limitado acceso de la gestante al CPN, como resultado del cierre de los consultorios
materno-perinatales de nivel primario, lo que ha llevado a un aumento en la falta de seguimiento
prenatal y partos domiciliarios debido al temor e incertidumbre de las embarazadas a contraer o transmitir
el virus SARS-CoV-2.(19) En este sentido, Meza et al.,(20) propone en escenarios como este diseñar un
modelo mixto de atención prenatal (presencial y virtual), con el objetivo de mejorar y facilitar el acceso
a los servicios de atención prenatal.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 3
87
REE 18(3) Riobamba sep. - dic. 2024
El bajo peso al nacer es un indicador que refleja el nivel de avance sanitario de un país y es uno de los
determinantes más relevantes para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento y desarrollo infantil.(21)
Las cifras reportadas fueron dos veces más a lo encontrado por la UNICEF(1) y cinco veces superior al
informe INEI-2020;(6) esto asociado a prematuridad y pobre alimentación materna.(22) Por esta razón, es
necesario fomentar el bienestar integral de las gestantes y mujeres en edad fértil.
El esquema de vacunación y CRED incompleto observado en los niños con DC, fue en promedio 2,5
veces mayor a lo reportado por el INEI-2020.(6) Cifras vinculadas al impacto que ha tenido la pandemia en
el sistema sanitario del país como resultado del cierre de los servicios de salud infantil en los 8 primeros
meses.(9,13) En este punto, se requiere intervenciones concretas de educación sanitaria que a corto plazo
contribuyan a mejorar las coberturas prepandemia y dar una respuesta sanitaria eficiente en escenarios
similares.
Las frecuencias de no disponibilidad del servicio sanitario y agua para beber en los hogares de niños con
DC fueron dos veces superiores al informe de Osorio et al.(2) El hacinamiento fue más frecuente en la
zona urbana, característica común en áreas periurbanas y pobres del país.(23) Hallazgos asociados a las
características físicas de la vivienda, nivel educativo y económico de los padres, limitado acceso a la
vivienda, o empleo informal que genera dependencia familiar y económica.(17,24,25)
En general, los factores subyacentes asociadas a la DCI también se relacionan con factores familiares. Se
ha identificado asociación entre DCI y aspectos, como ausencia de LME,(3,14) inadecuada alimentación,(10)
edad del niño >16 meses,(2,4,10) madre con niveles educativos nulos o bajos,(2-4,22) partos domiciliarios o
menos de 6 CPN, peso del niño al nacer <2500 gr,(3) control CRED e inmunizaciones incompletas para
su edad, no disponibilidad de servicios higiénicos y agua para beber, hacinamiento(24) y nivel educativo
inferior del jefe del hogar.(22)
Según los factores básicos, en promedio más del 23 % de los niños con DC tenían al menos una necesidad
básica insatisfecha (NBI) o residían en la zona rural. Hallazgos tres veces mayores al informe de
Jiménez-García,(22) quien identificó que las poblaciones infantiles tenían NBI asociadas a las condiciones
inadecuadas de la vivienda, déficit de agua y alcantarillado; y comparables con la pobreza monetaria reportada
en el contexto de COVID-19 por el INEI.(23) En consecuencia, se asume que lo observado también es resultante
de la paralización económica, desempleo, empleo informal y mano de obra barata, asociada a la COVID-19,
afectando, en mayor medida a las mujeres, niños, poblaciones pobres y zonas rurales.(21)
Estos factores básicos analizadas estuvieron asociadas con la DCI. Estudios al respecto dan cuenta de
esta asociación con la ubicación geográfica rural(3,4,25) y la pobreza según NBI;(2,4,25) indicando su
vinculación a problemas estructurales característicos de sociedades subdesarrolladas, donde los niños
de zonas rurales y pobres son los más vulnerables. Por esta razón, abordar los factores básicos implica
trabajar en el nivel colectivo, implementando políticas sociales que permitan dejar una capacidad
instalada sostenible en el tiempo.
El no haber estratificado la muestra por grupo etario, limitó el análisis sobre cuál de las edades es la más
afectada; por ende, una selección por estratos etarios ayudaría a precisarla.
CONCLUSIÓN
Se encontró asociación significativa entre la DC y la presencia de IRA, EDA, fiebre en las últimas dos
semanas, anemia infantil y una alimentación deficiente en hierro y vitamina A. En relación con factores
subyacentes se observó asociación con la falta de LME y alimentación inadecuada, el género femenino,
madres menores de 18 años o mayores de 35 años al momento del parto, estatura materna inferior a 145 cm,
madres iletradas o con educación primaria, menos de seis CPN, partos no institucionales, peso insuficiente
al nacer, inmunizaciones y control CRED incompletos para la edad, falta de servicios sanitarios y agua
potable, hacinamiento, mujeres como jefas de hogar y viviendas con pisos principales sin terminar. Por otro
lado, en relación con los factores básicos se encontró asociación con la residencia en áreas rurales y NBI.
Los factores de la DCI están asociados a las grandes desigualdades sociales existentes en el país, donde
las poblaciones pobres y zonas rurales han tenido escaso acceso a los servicios de salud, alimentación,
educación, vivienda y empleo.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener.
Contribución de los autores
Anibal Oblitas Gonzales: Conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador
original, redacción final, revisión y edición.
Martha Vicenta Abanto Villar: Curación de datos, análisis formal, metodología, validación, revisión y
edición.
Aclaraciones: Artículo derivado de la tesis doctoral “Influencia de la desnutrición crónica en niños de
6 a 35 meses de edad del distrito de Chota, 2021”. Universidad Nacional de Cajamarca; 2023.
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