cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
98
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
100
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
101
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
102
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Autor y país.
Diseño del estudio –
instrumentos
aplicados
Características de
la muestra.
Principales resultados.
Van der Velpen et
al.(13)
Países Bajos.
Longitudinal
Resonancia magnética
(RMN).
Cuestionario COVID-
19; Licher
Escala de soledad de
UCLA
CES-D Escala de
Depresión.
5017
participantes,
hombres y
mujeres, de 40 a
90 años,
seleccionados
aleatoriamente.
Los resultados en su mayoría
perdieron importancia estadística
después de la corrección de
múltiples pruebas, en donde no
se observan cambios relevantes.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
103
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Beadle et al.(14)
EE. UU.
Descriptivo
Experimental.
Pruebas
neuropsicológicas
WAIS-III
Mini-Mental State Exam
(MMSE).
32 participantes
(16 adulto
joven-16 adulto
Mayor).
Los resultados no fueron
concluyentes, se identifican
similitudes en la activación del
hipocampo, en adultos mayores
como en los jóvenes, ante
situaciones de aislamiento he
interacción social.
Labos et al.(8)
Argentina.
Explicativo -
correlacional.
Cuestionario Likert
online. (42 preguntas)
1095
participantes
(hombres y
mujeres)
mayores de 30
años.
Los hallazgos confirman la
hipótesis, el 47% de la población
evaluada, confirma la
declinación cognitiva, como
consecuencia de un periodo
prolongado de aislamiento
social.
Weber et al.(9)
EE. UU.
Descriptivo.
Cuestionarios y tareas
cognitivas (El PANAS-
X; Matriz de memoria,
coincidencia de
velocidad, desafío de la
pizarra)
16 participantes
grupo de
aislamiento y 17
grupo control
no aislado.
Los hallazgos encontrados,
indican que el aislamiento a corto
plazo (30 días) no tiene un efecto
negativo sobre la actividad
cortical, al contrario, se mostró
una mejoría en las F.E.
DiNapoli et al.(4)
EE. UU.
Descriptivo.
Batería
Neuropsicológica -
Osterrieth complex.
BNT prueba de lectura
para adultos.
267 adultos
mayores con un
rango de 70 a 94
años.
173 mujeres 94
hombres.
Existe una relación
estadísticamente significativa
entre el aislamiento social y el
funcionamiento cognitivo
deficiente, en donde se reporta
una variación entre el 10,20%
frente a 5,70%.
Fernandes et al.(15)
Portugal
Descriptivo.
Emo Stroop.
62 estudiantes
universitarios,
de 21 años en
adelante.
37 mujeres -25
hombres.
La investigación no responde a la
búsqueda realizada, se evalúa la
función de control inhibitorio
asociada a la identificación de
rostros, mas no al aislamiento
social.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
104
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2023
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Ingram et al.(6)
Reino Unido.
Descriptivo y
Explicativo.
Pruebas
neuropsicológicas-
atención,
memoria de trabajo,
toma de decisiones y
tiempo- percepción.
342
participantes.
(56% mujeres
41% hombres)
entre 18 y 72
años.
Existe una relación significativa
entre el aislamiento social y el
funcionamiento ejecutivo, en
donde las interacciones sociales
preservan las capacidades
cognitivas, a través del proceso
de reserva cognitiva, aspecto que
se evidenció
en el 52,70% de la
población evaluada.
Wong et al.(16)
EE. UU.
Descriptivo.
Resonancia magnética
funcional;
Tarea de Stroop.
Escala de soledad UCLA
Escala de redes sociales
de Lubben.
99 individuos
(48 hombres
51 mujeres entre
14 y 69 años).
Los resultados mencionan,
efectos negativos en las
funciones cerebelosas ante
situaciones de aislamiento.
Tomova et al.(17)
EE. UU.
Descriptivo -
correlacional.
Resonancia magnética,
Software REDCap.
Escala de soledad
UCLA.
40 participantes.
(27 mujeres – 13
hombres; entre
los 18 y 40
años).
Los resultados respaldan la idea
intuitiva de que el aislamiento
agudo provoca ansias sociales
similares a como el ayuno
provoca hambre, afectando el
rendimiento de las funciones
ejecutivas.
Jacubowski et al.(18)
Alemania.
Descriptivo.
Electroencefalograma
auto reporte.
6 hombres de 27
a 38 años.
Este artículo afirma que el
aislamiento social actúa como un
estresor crónico, en donde se
observa una disminución en la
actividad cortical global y un
aumento del cortisol (p<.05-p
<.001). sin embargo, los
resultados no son significativos,
considerando el tamaño de la
muestra.
Jiménez (19)
Ecuador.
Estudio mixto,
longitudinal prospectivo.
Mini–Mental.
37 adultos
mayores (9
hombres y 28
mujeres).
Evaluados desde
noviembre 2019-
septiembre 2020
Los adultos mayores expuestos
aislamiento presentaron un
incremento en su déficit mental
en un 83,30% y los adultos con
deterioro, mostraron un 40%.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
105
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Villa-García (20)
Perú.
Correlacional y
predictivo.
La prueba de Stroop; la
adaptación española de
la escala de soledad de
UCLA.
Participaron 25
adultos mayores
(19 mujeres y 6
hombres) entre
los 65 y 90 años
Los puntajes obtenidos en la
variable de Interferencia
cognitiva ante el aislamiento
social tuvieron un rango que
varió entre 42 y 68 puntos. La
media fue de 54,72 y la
desviación estándar de 6.052,
mostrándose una relación
significativa.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
106
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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10.1007/s00127-021-02174-x.
Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
107
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
108
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
109
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
110
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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Aislamiento social y funciones ejecutivas en adultos: una revisión sistemática.
Social isolation and executive functions: a systematic review.
https://doi.org/10.37135/ee.04.19.01
Autores:
Alexis Soto Salcedo1 - https://orcid.org/0000-0002-1304-4438
Susana Mosquera Osorio1 - https://orcid.org/0009-0006-5662-0518
Afiliación:
1Universidad Mayor, Temuco-Chile.
Autor de correspondencia: Alexis Soto Salcedo. Facultad de Ciencias, Universidad Mayor.
Avenida Alemania 0281, Temuco, Chile. Email: alexis.soto@umayor.cl.
Recibido: 27 de marzo de 2023 Aceptado: 23 de diciembre de 2023
RESUMEN
Esta revisión da cuenta de artículos que se refieren a la relación existente entre aislamiento social y
funciones ejecutivas encargadas de la generación de recursos, para la adaptación de las personas a
situaciones poco habituales. Se empleó una estrategia PICO para la definición de la pregunta de
investigación y lineamientos básicos del modelo PRISMA, se revisó bases de datos en Scopus, Scien-
ce Direct, Springer y Google académico. Se identificaron 7042 artículos que cumplían con los crite-
rios de selección, reportándose finalmente 12 investigaciones. Se concluye que el aislamiento social
se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente, extendiéndose a otros dominios
cognitivos como: orientación, memoria y atención. Además, se evidencia que el aislamiento actúa
como un estresor crónico, observándose una disminución en la actividad cortical global y un aumento
del cortisol.
Palabra clave: aislamiento social, función cognitiva.
ABSTRACT
This review reports articles aimed to analyze the relationship between social isolation and executive
functions responsible for generating resources for adapting people to unusual situations. A PICO
strategy was used to define the research question and essential guidelines of the PRISMA model, and
databases in Scopus, Science Direct, Springer, and Google Scholar were reviewed. 7.042 articles that
fulfilled the selection criteria were identified, finally reporting 12 investigations. It was concluded that
social isolation is related to poorer general cognitive functioning, extending to other cognitive domains
such as orientation, memory, and attention. It was also evidenced that isolation acts as a chronic stressor,
showing decreased global cortical activity and increased cortisol.
Keywords: Social isolation, Cognitive function.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos basan su desarrollo en la interacción social y desde allí se determinan formas de
comportamiento y de relaciones, entre individuos y grupos.(1) Es así como su capacidad de aprendizaje
se ve mediada durante su vida por la constante adecuación a un contexto social que presenta nuevas
situaciones y estímulos y que influye en la definición de actividades instrumentales y en la adquisición
de nuevas estrategias y esquemas cognoscitivos.(2)
Por esta razón las dificultades que se presentan en el desarrollo social podrían afectar no solo su capacidad
de aprendizaje sino también las funciones que se ven involucradas en este proceso, Wilkinson (2008),(3)
establece una distinción entre las dificultades que podrían afectar el desarrollo social, diferenciando el
deterioro de la interacción social y el aislamiento social propiamente. Respecto del primero reconoce
comportamientos sociales ineficaces, sensación de rechazo, falta de conocimiento de técnicas sociales y/o
barreras de comunicación. En el aislamiento social en cambio, se evidencia una sensación de soledad
impuesta por las otras personas, se refiere a una conducta voluntaria o involuntaria que lleva a las
personas a reducir significativamente sus interacciones con otras personas, principalmente como
respuesta a situaciones que son difíciles de manejar. Al respecto DiNapoli et al.,(4) respecto de lo
mismo, señala que el aislamiento social es “vivir solo o estar soltero, o contar con una percepción de
falta de red social y sentimientos de soledad”.(5)
Ahora bien el aislamiento social entendido como la falta de contacto físico con personas con las que se
puede interactuar con regularidad,(4) influye en todas las dimensiones del desarrollo humano, sobre todo
en aquellas vinculadas al desarrollo cognitivo que requieren entrenamiento con otros seres humanos,
por lo que existiría una relación estadísticamente significativa entre la actividad social y la función
cognitiva, tanto así que en personas mayores, según Ingram et al.(6) vivir solo y sin relaciones cercanas,
estaría vinculado a un mayor riesgo de demencia.
Ahora bien asumiendo que la interacción social influye en el desarrollo cognitivo en general, resulta
interesante precisar de que forma afecta a las funciones ejecutivas(FE) encargadas de la vida cotidiana
de las personas. El estudio de FE en la población general es un campo apenas evaluado, en especial, si
dicha población se encuentra expuesta a situaciones extremas como lo fue el confinamiento por la
contingencia sanitaria provocado por el COVID-19 a principios del año 2020. Lepe Martínez et al.,(7)
resaltan el papel de estas funciones, al calificarlas como habilidades determinantes que facilitan la
adaptación de las personas en distintas etapas de la vida. Este autor(7) complementa la definición,
indicando que son procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y orientan a la resolu-
ción de conductas complejas, que son esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y
aceptada socialmente”. Otro autor indica que las FE “son un conjunto de habilidades que configuran el
razonamiento, la capacidad para solucionar problemas, la planificación y la proyección, elementos
esenciales para el desarrollo psicológico y social de los individuos, puesto que mejoran su capacidad
para hacer frente con cierto grado de éxito, a los retos que se presentan en diferentes entornos”.(4)
Trabajos previos asocian la relación de estas dos variables (aislamiento social y FE) con el modelo de
reserva cognitiva.(4,5,6)
DiNapoli et al. “señalan que el nivel de compromiso social y el tamaño de la red social de una persona
o la frecuencia de los contactos que esta genera, promueven su salud cognitiva de forma positiva,
mientras que el aislamiento genera un efecto negativo que podría considerarse un factor de riesgo para
el deterioro cognitivo”.(4) Mientras que Evans et al., concluyen que “participar en actividades sociales
se asocia más frecuentemente con mejores resultados cognitivos en las medidas cognitivas globales,
seguidos por la memoria y la función ejecutiva”.(5)
Labos et al.(8) confirman que el relacionarse y vincularse socialmente con otras personas, manteniendo un
estilo de vida socialmente activo, requiere un esfuerzo cognitivo y por lo tanto contribuye positivamente
a desarrollar la reserva cognitiva, la cual operaria como un factor protector cognitivo en la vejez.
A su vez, Weber et al.(9) afirma, en su investigación experimental de 30 días de aislamiento, que los
datos no indican ningun efecto negativo sobre la actividad cortical, evidenciandose un aumento
progresivo de las funciones cognitivas como atención, procesamiento viso-espacial y memoria.
resultados que se atribuyen a un efecto positivo en el aprendizaje.
De estos antecedentes surge la pregunta respecto de la existencia de una relación formal entre el
aislamiento social y las FE, en población adulta y para ello se realiza una revisión sistemática respecto
de la evidencia existente respecto de la asociación de ambas variables, tratando de comprender si
existen elementos necesarios para afirmar que el fenómeno afecta el desarrollo y funcionamiento
normal de estas habilidades, o si dichas consecuencias bastantes gatillado en otra etapa de la vida.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó una revisión sistemática siguiendo lineamientos básicos del modelo PRISMA (por sus siglas
en inglés de: Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses),(10,11) establecien-
do los siguientes criterios de elegibilidad:
Publicaciones en el periodo comprendido entre 2012 y 2022.
Estudios observacionales, ensayos clínicos y/o investigaciones experimentales.
Estudios que hayan incorporado el aislamiento social medido en términos de: Red social/
contacto/ actividades sociales y funciones ejecutivas en términos de deterioro asociado a la
vejez.
Se excluyeron aquellos artículos que asociaban el aislamiento social con trastornos del neurodesarrollo
(autismo- trastornos del aprendizaje), trastornos psiquiátricos (esquizofrenia- trastornos de personalidad)
y con otras enfermedades como la diabetes, el estrés y el uso de sustancias psicoactivas. Al igual que
investigaciones realizadas en animales.
La estrategia de búsqueda electrónica se basó en el uso de palabras claves en español y en inglés,
conformando las siguientes secuencias: aislamiento social, y/o funciones ejecutivas-aislamiento social
(social isolation or executive functions and social isolation). Los términos de búsqueda estuvieron
centrados en dos tareas: 1) aspectos del aislamiento social (contacto social, relaciones sociales y
sentimientos de soledad percibido y objetivo); 2) función cognitiva (memoria, atención, habilidades
de adaptación y funciones ejecutivas).
Las bases de datos electrónicas que se utilizaron para la búsqueda fueron, Scopus, Science Direct,
Springer y Google Academico.
La evaluación de la calidad se realizó usando las directrices planteadas en el formulario de revisión
crítica para estudios cuantitativos de la Universidad de Mc Master,(12) que contempla a rasgos
generales claridad en la definición de objetivos, revisión de literatura especializada, claridad en el
diseño y la muestra, la obtención de resultados fiables y la explicitación de conclusiones congruentes
con el estudio.
RESULTADOS
Inicialmente el registro contó con 7.042 artículos, de los que se evaluaron 128, quedando finalmente 12
estudios para reportar (ver figura 1).
Figura 1. Diagrama de búsqueda
Luego de los cribados se seleccionaron 12 artículos que dan cuenta de la relación entre aislamiento
social y FE. (Ver tabla 1)
Tabla 1. Artículos seleccionados
La evaluación de los criterios de calidad de las fuentes permitió apreciar que las investigaciones críti-
cas incluidas en esta revisión, sí responden a dichos requisitos (Ver Figura 2)
Figura 2. Revisión crítica de estudios cuantitativos
DISCUSIÓN
Al realizar la búsqueda y análisis en las fuentes de información se percibió que, en los estudios incluidos
en esta revisión la mayoría de los artículos, exponen la asociación entre el aislamiento social y las
funciones cognitivas, confirmando el impacto negativo del aislamiento en las funciones cognitivas
globales, tras el periodo de emergencia sanitaria, vivida a causa del COVID 19. Los autores sugieren
que el aislamiento social, se relaciona con un funcionamiento cognitivo general más deficiente,(4)
extendiéndose a otros dominios cognitivos, en donde el aislamiento actúa como un estresor crónico, y
se observa una disminución en la actividad cortical global y un aumento del cortisol.(19,21,22)
Ahora bien, no todos los hallazgos encontrados indican una asociación negativa, dentro de los artículos
considerados se aprecia uno en particular que menciona avances en dichas funciones, siempre y
cuando el aislamiento social sea a corto plazo (30 días) en donde no se observen cambios negativos, si
no una restablecimiento y rendimiento en las habilidades cognitivas evaluadas.(9) La correlación de las
variables sugiere que a mayores niveles de sentimientos de soledad mejor funcionamiento ejecutivo,
hallazgos que contradicen la evidencia encontrada en los estudios anteriores.
Otros estudios, perdieron importancia estadística por no contar con hallazgos incluyentes o una muestra
significativa, la evidencia epidemiológica y bibliográfica tiende hacer inconsistente, debido a la amplitud
de las medidas utilizadas para evaluar el aislamiento social como la soledad, junto con diversas medidas
en el rendimiento cognitivo.(13,14,23)
Al analizar los resultados respecto de efectos específicos del aislamiento social en FE en distintos
segmentos de la población, es posible señalar que en población adulta joven se ha explorado de
forma escasa, sin embargo, los hallazgos confirman la asociación e impacto negativo de un contexto
de aislamiento en el adecuado desarrollo de las funciones ejecutivas a largo plazo. En adultos mayores
en cambio, existe abundante evidencia, lo que da cuenta de la preocupación que existe entre el
aislamiento social e implicancias tanto en funciones ejecutivas como en procesos neuro degenerativos
Granda-Oblitas et al.,(24) señala que los adultos mayores con demencia, y afectados por aislamiento
social se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad por síntomas como la amnesia, apraxia,
agnosia e incapacidad ejecutiva. Sánchez y Ramos,(25) complementa lo anterior indicando que las
complicaciones cognitivas comórbidas al trastorno depresivo en adultos mayores son numerosas
observándose dificultades en el desempeño de tareas donde participan las funciones ejecutivas, la
memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
Un tema interesante resulta lo relacionado con las pruebas utilizadas para medir funciones ejecutivas,
en este sentido se plantea el uso de pruebas Weschler, baterías neuropsicológicas, matrices de memoria,
el test de Stroop, además de resonancias y electroencefalogramas. Se declara también la utilización de
la prueba Minimental (MMSE) que si bien durante años capturó la atención de investigadores, hoy en
día se ha cuestionado su valor predictivo y se usa más bien como complemento de otros pruebas en la
realización de tamizajes.(26,27)
Una de las limitaciones que se enmarcan en esta revisión sistemática, es que la mayoría de los
investigadores han puesto su interés en conocer cuál es la asociación entre el aislamiento social y
las funciones cognitivas o ejecutivas en una población particular (adultos mayores), quienes por las
características propias de la edad y las patologías asociadas a su edad, ritmo y modo de vida, tienden
a desarrollar paulatinamente espacios de aislamiento.
cc
BY NC ND
ISSN-impreso 1390-7581
ISSN-digital 2661-6742
Volumen 18
Número 1
111
REE 18(1) Riobamba ene. - abr. 2024
Si bien es cierto, se siguen desarrollando estudios en referencia a la temática, estos podrían ser mejorables
metodológicamente para que sus resultados tengan mayor impacto en la implementación de programas o
políticas, que promuevan futuras pautas de prevención en donde se identifiquen, oportunamente las
variables asociadas a enfermedades neurodegenerativas asociadas a nuevos contextos vinculados con el
aislamiento social.(28)
CONCLUSIONES
El funcionamiento cognitivo es de vital importancia para disfrutar de una vida plena, autónoma y funcional.(20)
La evidencia reciente sugiere que el contacto social es una necesidad básica regida por un sistema
homeostático social(29) y los efectos del aislamiento social también se han evaluado de forma naturalista
durante los últimos años,(6) más aún cuando se ha registrado evidencia científica respecto de la plasticidad
neuronal que permite al cerebro adaptarse a los cambios modificando las conexiones y redes que conectan
a las neuronas.(2)
De allí que los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el tiempo prolongado en un
entorno socialmente empobrecido es perjudicial para los aspectos claves de la función cognitiva,(30) entre
los que cabe destacar, la adaptación, toma de decisiones y aprendizaje, entre otros. Los estudios que
examinan el efecto del aislamiento social sobre la función cognitiva generalmente involucran adultos
mayores,(31) y / o grupos de personas con un contexto socialmente empobrecido debido a sus características
patológicas (enfermedades neurodegenerativas, deterioro cognitivo leve, etc.) Por lo que se concluye, que
los efectos del aislamiento social, sí afectan a las funciones cognitivas he impactan negativamente en la
vejez. Confirmando la relación estadísticamente significativa entre estas variables con el modelo de deterioro
cognitivo en ausencia de covariables de envejecimiento.
De allí que cobra importancia, conocer el nivel de desempeño de estas funciones, en población general
postpandemia, abriéndose una brecha y una nueva oportunidad, para seguir investigando, en aspectos
metodológicos que aborden la temática, en donde se puedan implementar otro tipo de instrumentos con
la rigurosidad científica o la validez necesaria, asociados a una muestra estadísticamente representativa,
cuyos hallazgos logren dar cuenta y consoliden los resultados mencionados en esta revisión.
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